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A cuatro del último

  • Foto del escritor: Facundo Scorzetti
    Facundo Scorzetti
  • 9 dic 2018
  • 8 Min. de lectura

Así terminó San Lorenzo en la tabla de posiciones de la Superliga en esta primera mitad del máximo torneo argentino. Es, sin lugar a dudas, es no sólo el reflejo de lo que fue el equipo este semestre, sino de la caída libre que viene sufriendo el equipo hace ya dos años.. Frente a Estudiantes, último partido antes del receso, el resultado fue 1-1. El equipo jugó un buen primer tiempo y en el segundo lo ganaba de penal, pero, una vez más, no aguantó el triunfo y se lo empataron. Almirón hizo lo que pudo con un equipo fundido físicamente. Ahora se viene la pretemporada.



Los culpables son varios. El principal es la dirigencia, quien no vea eso y sólamente le eche la culpa a Biaggio está dejando que el árbol le tape el bosque. Y esto no se remonta sólo al último año. Desde que se fue Guede comenzó la caída libre. En aquel momento el entrenador que supo ser campeón de la Supercopa puso el grito en el aire y expresó su deseo de renovar el equipo y sacar a los "históricos". Eso fue resistido por la dirigencia, y por eso el actual entrenador de Colo Colo decidió dar un paso al costado.


Entonces llegó Diego Aguirre. El uruguayo no tuvo un mal primer semestre, en el que llegó a la Semifinal de la Copa Sudamericana (perdió frente a Chapecoense) y tuvo un digno desempeño en el torneo local. En el segundo semestre se logró clasificar a los octavos de la Libertadores luego de una enorme levantada del equipo, que ganó tres partidos seguidos y hasta se colocó primero en el grupo. Pero justamente daba la sensación de que era el equipo el que ganaba sólamente, y no el planteo de Aguirre. Incluso muchas veces el equipo parecía improvisado, dependía casi exclusivamente de los jugadores. De hecho cuando la cámara enfocaba a Aguirre, con el equipo perdiendo, el entrenador estaba sentado en el banco muy tranquilamente. Es un detalle menor, dirán algunos, pero no parecía normal. Eso se reflejaba en los entrenamientos, que eran de muy corta duración y muy "light". Y esto no se sabía por algún tipo de investigación periodística, sino que la misma cuenta de twitter del club informaba cuando comenzaban los entrenamientos y cuando finalizaban, y la duración era literalmente de dos horas por día. De ahí los jugadores se iban tranquilos a sus casas. Eran empleados de un trabajo de jornada super reducida, y ni hablemos de lo que cobraban por ese trabajo.


El ciclo Aguirre se terminó luego de que el equipo quedó afuera de la Libertadores en los cuartos de final frente a Lanús de visitante. Esa serie es recordada por el gran partido que hizo el equipo en la ida, ganando 2-0, pero sobre todo por la gran remontada del "Granate" en su cancha, que ganó por el mismo resultado que había perdido en la ida y se impuso en los penales. Luego de increíblemente quedar eliminados, el entrenador dio un paso al costado.


Ahí fue cuando llegó Biaggio. Primero de interino, pero luego, ante la buena racha de resultados, fue confirmado como entrenador definitivo. En medio de todo esto, quien sonaba con mucha fuerza para desembarcar en Boedo era Gabriel Heinze. Incluso se supo que el "Gringo" se reunió con los dirigentes del club, quienes se vieron sorprendidos por todo lo que sabía el ex técnico de Argentinos Juniors sobre las inferiores del club, así como también por el proyecto que tenía en mente. Todo parecía indicar que Heinze iba a ser el próximo técnico de San Lorenzo, pero de repente se bajó, sin mucha información. Pero no hacía falta ser sabio para darse cuenta de que le convenía a todos que no llegara Heinze y siga Biaggio. Por un lado, los jugadores querían seguir trabajando como antes, sin entrenamientos exigidos, como los que tenía pensado el "Gringo". Por otro lado, a los dirigentes les convenía que siga Biaggio ya que era un técnico que no iba a exigir refuerzos y que iba a trabajar con lo que tuviera a mano. La dirigencia ya tenía pensado tomarse vacaciones en el mercado de pases ante la ausencia de una competición importante como la Libertadores, ya que iban a jugar la Sudamericana, la cual en el primer semestre eran sólo dos partidos.


Lo que pasó este año es historia conocida. La dirigencia se dedicó a vender figuras, tales como Cerutti, Paulo Díaz y Piris da Motta. No sólo que vendía jugadores importantes, sino que lo hacía de un día para el otro a poco de comenzar el torneo. Además no gastó un peso en comprar jugadores: Llegaron Viola a préstamo sin cargo, Mouche libre, Ariel Rojas libre y Daniel Hernández tambien libre. En lo futbolístico, en el primer semestre sin jugar bien San Lorenzo logró clasificar a la Libertadores del año que viene. En el segundo semestre, en la Sudamericana logró ganar la serie frente a Temuco gracias al fallo de la Conmebol, ya que perdió tanto la ida como la vuelta, dando pena y gracias a Navarro, que en Chile se atajó todo. En esta oportunidad la actuación en el torneo local fue paupérrima, logrando apenas dos triunfos. La última vida el equipo la tenía en la Copa Argentina. Poco duró esa vida, ya que Temperley lo dejó afuera en los penales, haciendo justicia ya que fue superior en los 90 minutos.


Ahora llegó el turno de Almirón. El ex entrenador de Independiente y Lanus ya tuvo cuatro partidos al mando de San Lorenzo y se pudieron sacar conclusiones. La primera es que el equipo está fundido físicamente. Fundido. Se nota mucho que con los dos últimos entrenadores el equipo entrenaba muy poco. Se nota cuando se juega bien un primer tiempo, como pasó ante Aldosivi y Estudiantes, pero no se puede sostener el rendimiento en el segundo y ocurren los errores de siempre. Se nota cuando un jugador clave como Blandi todavía no puede volver luego de una lesión eterna. Se nota cuando, como bien dijo el mismo Almirón ayer después del partido, "Belluschi corrio más que varios en el final teniendo 35 años" (y volviendo de una larga lesión).


Para resumir este corto tiempo que ha dirigido Almirón, de lo único que tiene la "culpa" el entrenador es de hacer que, de a momentos, el equipo vuelva a jugar bien al fútbol después de mucho tiempo. Si es cierto que hay algunos detalles que debe pulir, como por ejemplo la excesiva salida desde abajo, aunque esa es una de las características de su estilo de juego, ni más ni menos. Sin dudas que muchos de los hinchas viendo el partido y cómo intentan salir jugando cuando están rodeados de camisetas contrarias nos ponemos locos y pedimos que saquen la pelota de ahí, pero ese es el estilo del entrenador. Un entrenador que llegó con un proyecto, con una idea y renueva las esperanzas como hace mucho tiempo no sucedía. Estos partidos servían no sólo para empezar a tallar la idea de juego, sino también para que Almirón vea y considere qué jugadores deben seguir y cuáles no. Ya hay una primer "víctima", de hecho: Franco Mussis. El mediocampista ex Gimnasia volvió de la lesión y no estaba del todo bien físicamente. Sin embargo, su salida se explica sobre todo porque no se trata de un jugador del estilo del técnico. Acá la culpa cae, nuevamente, sobre la dirigencia, ya que Mussis se va libre. Me pregunto por qué un jugador totalmente vendible se va gratis cuando el club pagó cerca de dos millones de dólares por su pase hace tres años. Otro error de la dirigencia en el mercado de pases, y van.


Más allá de que en esta nota he sido enfático en las responsabilidades de los últimos dos entrenadores, creo que quedó claro que la culpa también la tienen los dirigentes. No sólo eso, sino que considero tienen gran parte de la responsabilidad. Fueron ellos quienes trajeron a dos entrenadores que hacían entrenar apenas unas horas al equipo y que no tenían un proyecto. Fueron ellos quienes los apoyaron hasta las últimas consecuencias. Y, sobre todo, fueron ellos quienes vaciaron el plantel sacándole sus mejores jugadores. Desde 2016 vienen vendiendo a montones y trayendo refuerzos a cuentagotas. Hagamos un acotado resumen: Se fueron jugadores como Buffarini, Más , Blanco, Cauteruccio, Villalba, Cerutti, Paulo Díaz, y Piris da Motta. Si quieren ponemos aparte a jugadores como Caruzzo, Angeleri y Mercier, que quizás no eran jugadores clave como los que mencioné anteriormente. Y a Ortigoza lo dejo afuera porque, motivos más, motivos menos, fue él quien tomó la decisión de irse cuando el club le renovaba el contrato por un año más.


Ahora bien, repasemos qué jugadores llegaron al club en ese mismo período de tiempo: Coloccini, Corujo, Tino Costa, Bergessio, Botta, Gonzalo Rodríguez, Victor Salazar, Alexis Castro, Gudiño, Viola, Mouche, Ariel Rojas, Daniel "el Travieso" Hernández y Poblete. De todos esos jugadores sólo dos estuvieron a la altura. Sí, dos. Por un lado Coloccini, quien al principio le costó pero luego se afianzó como una de las grandes figuras del equipo. Por otro lado, y esta es una opinión personal, Poblete. Considero que el ex Colón tuvo partidos con muy buen rendimiento, y que creo que Almirón puede sacarle jugo. Después del resto muchos tuvieron muy mal rendimiento. Un ejemplo es el de Gonzalo Rodríguez, que nunca demostró ser el gran jugador europeo que prometía llegar, o Alexis Castro, jugador fetiche de Biaggio (como Corujo y Aguirre), que siempre ingresaba a dar lástima, o Botta, que en dos años no ha demostrado nada más que un puñado de buenos momentos totalmente esporádicos. Otros jugadores, en mi opinión, tuvieron pocas oportunidades o fueron mal aprovechados, como Tino Costa y Bergessio. Se suma acá el caso del "Travieso" Hernández, jugador colombiano que llegó sin pena ni gloria pero que en los dos partidos que le tocó ingresar desde el banco tuvo muy buenos rendimientos, con una asistencia frente a Patronato y un gol ante San Martín de San Juan. Sin embargo poco más se supo del colombiano, que en muchos casos no iba al banco e incluso a veces ni siquiera concentraba. Creo haber dejado en claro cuál es la "gran parte de responsabilidad" de la dirigencia.


Entre tanto alboroto, si hay algo que se puede destacar es el surgimiento de jugadores de las divisiones inferiores que han sabido estar a la altura y que merecen ser tenidos en cuenta. Senesi ha sabido asentarse como un pilar fundamental en la defensa. Si bien debe afinar ciertas cualidades de su juego, el 6 será de acá en más un jugador clave tanto para el equipo como para Almirón, ya que es un jugador del estilo del entrenador. Otro chico que con muy pocos partidos en Primera ha logrado tener grandes rendimientos es Insaurralde. El mediocampista central era siempre figura cuando el equipo jugaba muy mal, y ahora sigue jugando en un gran nivel. Luego chicos como Ferrari y Herrera en la defensa demostraron grandes cualidades. Recientemente volvió Rodrigo Tapia del préstamo y frente a Estudiantes tuvo un buen rendimiento. Elias Pereyra todavía debe corregir errores que tiene, sobre todo en la excesiva subida al ataque y el poco retroceso a la defensa.


Ahora se vienen las vacaciones por las fiestas, que los jugadores deberán aprovechar al máximo porque luego se les vendrá una pretemporada que los exigirá al máximo. Luego de dos años y medio de descanso con Aguirre y Biaggio el equipo de Jorge Almirón deberá ponerse a punto para un año en el que no sólo deberá recuperarse de la flojísima actuación en la primer mitad de la Superliga, sino que también volverá a participar de la Copa Libertadores luego de este 2018 en la que la vio por televisión. El entrenador sin dudas que deberá armar su equipo. Es más que claro que llegó con esa condición: La dirigencia debe poner principal atención sobre los pedidos del técnico a la hora de los refuerzos. Ya hay ciertos nombres sobre la mesa: Unsain, Braghieri, Peruzzi, Más, Pasquini, Mancuello, el "Torito" Rodríguez, Nicolás Fernández, etc. Son jugadores interesantes que el técnico conoce y/o son fieles a su estilo. Ahora es tiempo de que el técnico arme un proyecto a su manera con los jugadores que él considere. Si la dirigencia, de una vez, ayuda con un mercado de pases acorde, quizás el 2019 sea el comienzo de algo bueno para San Lorenzo.

 
 
 

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