Insostenible
- Facundo Scorzetti
- 10 mar 2019
- 4 Min. de lectura
Un técnico cobarde, jugadores que son guapos pero se olvidan de jugar, y una dirigencia ausente que se encargó de formar esta base totalmente inestable, ese es el combo para formar este San Lorenzo deplorable que se comió una goleada histórica de Boca. El resultado fue 3-0 en favor del equipo de Alfaro.

Se puede ganar. Se puede perder. A este técnico no se le puede pedir ganar absolutamente nada con la base desastrosa que armó esta dirigencia. Pero este San Lorenzo, así como está ahora, no puede jugar como juega ahora. Este San Lorenzo no puede estar 15 partidos sin ganar. Este San Lorenzo no puede estar último y comerse tres goles en La Bombonera contra Boca, el histórico hijo pródigo.
En el entretiempo del partido San Lorenzo caía 1-0 ante Boca, que hizo un gol tempranero en los pies de Zárate y el resto de la primera etapa tuvo el total control del encuentro. El local tuvo sólo el 37% de la posesión de la pelota, pero en todo momento tuvo controlado el partido, defendiendo muy bien de forma sólida y saliendo muy rápida y precisamente cuando recuperaba la pelota, generando contraataques peligrosos para la defensa azulgrana. De hecho Wanchope Ábila tuvo en sus pies el segundo gol en un mano a mano con Monetti, pero increíblemente lo erró. San Lorenzo tuvo la mayoría de la posesión de la pelota pero nunca supo que hacer con ella. Solo se acercó al gol en dos ocasiones, ambas provocadas por Reniero, quien no participó en casi ninguna jugada pero sí provocó las más claras.
En el entretiempo había un cambio que era casi seguro que Almirón iba a hacer. Damián Pérez estaba amonestado y al borde de la expulsión, y era lógico que saliera. Sin embargo la pregunta era quién ingresaba en su lugar. Elo técnico podría haber sacado al lateral, meter en cancha a Belluschi, adelantar a Salazar en la banda derecha y que Poblete se incorpore a una línea de tres junto con Coloccini y Senesi. De esa forma, con el 16 el equipo podía tener un control de pelota más efectivo y un jugador capaz de hacer pases verticales, romper las líneas de la defensa de Boca y poder llegar al gol. Además, con el adelantamiento de Salazar podía tener otro jugador desequilibrante por derecha. Pero no. Almirón si sacó a Pérez, pero puso a Peruzzi, haciendo que este juegue de 4 y Salazar pase a ocupar el lateral izquierdo. San Lorenzo perdía un clásico que no se puede perder, estiraba la racha negativa a 15 partidos y su técnico eligió seguir exactamente igual que en antes y no romper el molde. Almirón fue un cobarde y demostró que en este partido no estuvo a la altura de San Lorenzo.
Y así Boca lo liquidó. Todo siguió como en el primer tiempo y jugó muy cómodo. Primero fue Villa quien metió el gol, en una jugada donde Coloccini, al igual que en el primer gol, se olvidó de ser ese defensor de jerarquía que sabe ser.
Como si eso fuera poco, Monetti cometió la estupidez de pegarle una patada Wanchope Ábila cuando estaba por sacar de arriba y el ex Huracán ni llegó a molestarlo en el saque. El arquero estaba por sacar y se tomó un segundo para dirigirse a Ábila y pegarle una patada. ¿Por qué? Porque sí. Error infantil a la altura de un arquero de un equipo de barrio. El árbitro Tello tomó una decisión inentendible, amonestando a Ábila, expulsando a Monetti pero sin cobrar penal. Era penal de Monetti, otro que demostró no estar a la altura. En ese momento se dió la única alegría de esta noche negra: El ingreso del querido Torrico, el único que pudo sacar una sonrisa en los rostros de los hinchas de San Lorenzo.
Después llegó el tercero, que pareció ser de Salazar en contra pero se lo dieron a Nández. Como anécdota Buffarini tiró una rabona y varios jugadores de San Lorenzo lo fueron a increpar. Parece ser que a los jugadores de este equipo les importa mucho que Buffarini respete a San Lorenzo por su pasado cuervo, pero se olvidan ellos de respetar esta camiseta en la cancha, algo que, de hecho, Buffarini nunca dejó de hacer en sus 4 años en el Club. Poco debería importar lo que hoy haga un jugador de Boca, más importante es lo que hacen los de San Lorenzo.
Pero en estas líneas expuestas aquí arriba no están descritos todos los responsables. Hay uno que es el gran protagonista y fue quien hizo todo esto posible: La dirigencia. Ellos armaron esta base deplorable. Ellos vaciaron el Club con mercados de pases vergonzosos, vendiendo jugadores claves por poco dinero y no gastando un peso en refuerzos, con la excusa de la vuelta a Boedo, esa que proyectaban para 2016 con estadio incluído y hoy, en 2019, no hay ni un ladrillo puesto en Avenida La Plata. Y ahora que traen refuerzos son todos sacados del "outlet", como bien dijo Hugo Balassone antes de todo este desastre. Lammens se olvidó de ser el Presidente de San Lorenzo y aparece en todos los medios como candidato a jefe de gobierno de Buenos Aires para este año. Tinelli twittea y es opinólogo profesional de absolutamente todo. De administrar San Lorenzo ni hablemos.
San Lorenzo es insostenible.
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